Angelitos de Dios

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lunes, 3 de mayo de 2010

Reglas para educar a un niño


Recuerda que un hijo es un regalo de Dios. La más rica de las bendiciones. No trates de amoldarlo a imagen tuya o de tu padre, de tu hermano o tu vecino. Cada niño es individual y tiene que permitírsele ser el mismo.· No aplastes el espíritu de tu hijo cuando el falla. Y nunca lo compares con otros que lo hayan sobrepasado.· Recuerde que el enojo y la hostilidad son emociones naturales. Ayuda a tu hijo a encontrar una salida social aceptable para estos semtimientos normales o estos volvarán hacia dentro y explotarán en forma de enfermedad física o mental.· Diciplina a tu hijo de una manera justa y razonable. No dejes que TU enojo te saque de quicio. Si el sabe que tú eres justo, no perderás su respeto y amor. Porque aún el niño mas joven tiene un sentido muy agudo de justicia.· Recuerda que cada niño nesecita DOS padres presentes en un frente unido. Nunca te alies con tu hijo en contra de tu esposo. Esto crea en tu hijo (como también en ti) conflictos emocionales y sentimientos de culpabilidad, confusión, e inseguridad.· No le des a tu hijo todo lo que su pequeño corazón pide. Permítele conocer la emoción de ganárselo y la alegría de conseguirlo. Concédele la más grande de todas las satisfaciones, el placer que viene con e logro personal.· No te pongas como lo máximo de la perfección. Es un rol muy difíci de jugar 24 horas al día. Tú te darás cuenta que es más fácil la comunicación con tu hijo si le dejas saber, que mamá y papá también pueden cometer errores. · No le amenaces cuando estés enojado o le hagas promesas imposibles cuando estés generoso. Hazle advertencias o promesas sólo cuando tú las puedes cumplir. Para un niño, la palabra de el padre significa todo. El niño que ha perdido la fe en los padres tiene dificultad de volver a creer en ninguna cosa.· No sofoques a tu hijo con manifestaciones superficiales de ”amor “. El más pobre y saludable amor se expresa por si sólo en la educación día a día, la cual produce confidencia e independencia propia.· Enséñale a tu hijo que hay dignidad en el trabajo duro. Aunque se desempeñe con unas manos callosas paleando carbón o unos dedos hábiles manipulando instrumentos quirúrgicos. Déjale saber que una vida útil es bendecida y una vida fácil y en busca de placeres es vacía e insignificante.· No trates de proteger a tu hijo de cualquier pequeño golpe y decepción. La adversidad forma el carácter y nos hace compasivos. Los problemas son un gran igualador. Déjalo aprender.

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